martes

creo

Creo en el destino, creo en muchas cosas, creo incluso en no creer, creo en la casualidad, en el pasado, en el amor, en el rencor, en nuestra historia, en que hay cosas que no deben volverse a repetir, creo en imposibles, en que el día de hoy te vi y no senti nada por ti, creo en que puedes regresar, en las oportunidades, en no darte ninguna más, creo en el perdón y comienzo a creer que no sé odiar, creo que me encantaría poder hacerlo, creo en mí, en mis padres, en mis amigos y mi ciudad, creo en que me buscarás, tal vez lo había dicho ya o tal vez no lo piense nunca más, creo que me encanta estar sola y que también odio la soledad, creo que me dueles todavía y que a ti te he olvidado ya!
Estoy segura de que me encanta la vida y las sorpresas que me da, en que cada día es un obsequio para bien o para mal y no importa cual largo sea por que al siguiente ya nada es igual.

Desde hace varios días que habían estado yendo y viniendo ciertas estrofas a mi mente, llamémoslo casualidad, pero hoy buscando algunas cosas encontré una caja de zapatos ya olvidada y escrita en ella éstas palabras que me han seguido como sombra, lo único que puedo decir es que Neruda es quien es y Chile es lo que será.

Amor, ¡cuántos caminos hasta llegar a un beso,
qué soledad errante hasta tu compañía!
Siguen los trenes solos rodando con la lluvia.
En Taltal no amanece aún la primavera.

Pero tú y yo, amor mío, estamos juntos,
juntos desde la ropa a las raíces,
juntos de otoño, de agua, de caderas,
hasta ser sólo tú, sólo yo juntos.

Pensar que costó tantas piedras que lleva el río,
la desembocadura del agua de Boroa,
pensar que separados por trenes y naciones.

Tú  y yo teníamos que simplemente amarnos,
con todos confundidos, con hombres y mujeres,
con la tierra que implanta y educa los claveles.

P.Neruda!

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